Son patógenos capaces de causar enfermedades respiratorias, entre ellos neumonía. Ahora, la comunidad médica busca determinar si esta cepa es tan agresiva como otra que alcanzó al mismo país en 2002 y causó SARS

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra reunida para determinar la severidad de una nueva cepa de coronavirus -capaz de causar neumonía severa- debido a que China, y en lo particular la ciudad de Wuhan, cursa un intenso brote que ya se cobró 17 vidas y dejó a 500 personas afectadas sólo en esa región. A la vez, se reportó el lunes el primer caso en Corea del Sur, el martes se confirmó otro en EEUU y analizan un caso sospechoso en México. Ahora basta determinar qué chances tiene esta variante de convertirse en una amenaza global.

Consultado por Ámbito, el doctor Eduardo López, pediatra infectólogo y profesor de Pediatría en la Universidad del Salvador, explicó que los coronavirus “son una gran familia de virus pero solo entre 6 o 7 de sus variantes alcanzan al hombre”. De hecho, la mayoría “afecta a animales que actúan como reservorios”. Lo que causan estos patógenos son enfermedades respiratorias, “que pueden ir desde cuadros simples como catarros y resfrío común hasta cuadros graves de neumonía severa, que requieren terapia intensiva y son potencialmente mortales”.

La nueva cepa (reconocida como 2019-nCov) apareció por primera vez en la ciudad de Wuhan, que cuenta con cerca de 11 millones de habitantes, se caracteriza por tener una alta densidad poblacional y por sus ferias al aire libre con animales vivos. Y aunque todavía no se logró dar con el origen exacto del virus, todas las hipótesis apuntan a un mercado de mariscos y pescados.

Ahora, alrededor de esta cepa – que causó otros pocos casos reportados en Pekín y Shanghai y algunos diagnósticos por fuera de las fronteras chinas- rondan dos grandes preguntas: en qué medida es probable la transmisión entre humanos y que este virus sea similar en agresividad al cual provocó entre 2002 y entre 2003 un brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) en China, con 8.000 afectados y un índice de mortalidad del 10 %.

“Según las últimas informaciones, la mortalidad sería más baja que la de la cepa que causó SARS anteriormente: se estima que es de entre el 2 y 3%. Por otra parte, si bien aparecieron casos en otras locaciones, la mayoría se localiza en Wunham”.

En cuanto a la transmisión entre humanos, López indicó que “está aceptada su existencia, pero no con la magnitud, la intensidad y de la presencia que ocurre con el virus de la gripe”, indicó. Y si bien aclaró que hubo un caso en un profesional de la salud que confirma esta hipótesis, se presume que la mayor fuente de transmisión es por contacto con animales vivos donde circula este virus.

Ahora, la comunidad médica y la OMS tratan de dilucidar si esta cepa tiene el mismo poder que la aparecida en China en los tiempos del gran brote de SARS, o si el virus empieza a menguar o autolimitarse, como ocurrió “con otro brote de coronavirus ocurrido en Arabia Saudita por la cepa MERS-CoV y que causó el Síndrome Respiratorio por Coronavirus de Oriente Medio”.

El infectólogo vaticinó que “de momento el brote parecería estar limitado a la ciudad de Wuhan” a la par que se declaró ser “cautamente optimista de que este coronavirus no alcanzará a la Argentina, ya que en nuestro territorio no hubo casos de SARS”.

Con todo, hay que esperar a ver cómo evoluciona el brote y si aparecen más casos a nivel mundial. De hecho, el infectólogo indicó que “si llegaran a aparecer más diagnósticos, por ejemplo en EEUU”, Argentina debería tomar medidas de prevención más estrictas por el nivel de viajeros.

Por ahora, bastaría con transmitir información para que tomen medidas preventivas aquellos que viajen a China por turismo y negocios. “En lo posible, se les sugiere que eviten la ciudad de Wuhan y los hacinamientos, además de lavarse frecuentemente las manos y usar barbijos”.

Por otra parte, a los que regresen de China (y especialmente de la región centro) y presenten fiebre, catarro o tos, “se les sugiere visitar al médico para descartar la presencia de coronavirus”.

López señaló que no existe vacuna para prevenir el coronavirus ni tampoco hay disponible un tratamiento específico, por lo que la consulta precoz apunta a “detectar los cuadros graves de enfermedad respiratoria baja (es decir, la neumonía) y aislar el enfermo para evitar la diseminación» (y este aislamiento dura entre 5 o 6 días, se lo controla al paciente y si su evolución es favorable, se le indica la vuelta al hogar). Con todo, según manifestó la Organización Panamericana de la Salud, hasta la fecha, “continua la incertidumbre sobre el nuevo patógeno y el espectro de manifestaciones que pueda causar, la fuente de infección, el modo de transmisión, el periodo de incubación, la gravedad de la enfermedad y las medidas específicas de control”.

Debido a la posible importación de casos del nuevo coronavirus (2019-nCoV), la OPS y la OMS recomienda que los Estados Miembros “aseguren la vigilancia para detectar eventos respiratorios agudos, garanticen que los trabajadores de la salud tengan acceso a información actualizada sobre esta enfermedad, verifiquen las prácticas de prevención y control de infecciones en los establecimientos de salud, que estén familiarizados con los principios y procedimientos para manejar las infecciones por el nuevo coronavirus y estén capacitados para consultar sobre el historial de viajes de un paciente para vincular esta información con datos clínicos”.

Fuente; ámbito.com


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