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Cinco películas inspiradas por juegos de mesa
El cine es una de las industrias más imaginativas del mundo cultural y los guionistas se ven obligados a llamar la atención de los espectadores continuamente. Un ligero matiz puede hacer que un cliente decida ocupar una sala u otra, y dar con la tecla no siempre es fácil. Para inspirarse, intentan encontrar ideas en las referencias más inusitadas, como pueden ser, por ejemplo, los juegos de mesa. Sí, habéis leído bien, juegos de mesa. Aunque pueda resultar curioso de entrada, existen muchas películas que han conectado su hilo argumental con estos pasatiempos. Son juegos que amenizan nuestro día a día desde hace milenios y, como veremos, también han incidido directamente en el séptimo arte.
A continuación, os vamos a exponer algunos ejemplos. Si no tenéis pensada ninguna película que os acompañe en vuestras sesiones de peli y manta inminentes, todas las que aquí expondremos son muy recomendables.
Comenzaremos nuestra lista por una década muy prolífica: los años 80. Se caracteriza por ser una de las épocas más brillantes en lo que a cine de fantasía y de ciencia ficción se refiere, y también es famosa por la libertad creativa que los estudios otorgaban a sus directores. En 1985, se estrenó la película Cluedo, inspirada en el juego homónimo en el que los participantes intentan resolver un crimen. Una de las características más curiosas de este film, dirigido por Jonathan Lynn, es que cuenta con tres finales distintos. Los espectadores visitaban el cine, y no sabían cuál de los tres desenlaces les tocaría ver. Pese a no ser un éxito en taquilla, ese cierre tan curioso y la magnífica puesta en escena de sus protagonistas -Eileen Brennan, Tim Curry y Madeline Kahn- la han convertido en una película de culto. Una joya de los 80.
Otro de los juegos de mesa que ha tenido un impacto narrativo en muchas películas es el póquer. Se trata de uno de los pasatiempos más conocidos en todo el mundo, con unas reglas muy marcadas que se han mantenido inalteradas desde finales del siglo XIX. La única evolución tangible que se ha podido apreciar en las últimas décadas es la progresiva digitalización de sus planteamientos, con portales web que permiten su práctica virtual manteniendo sus bases intactas. Una de las películas más redondas con el póquer como trasfondo argumental es Rounders, de 1998. Fue dirigida por John Dahl y cuenta con un reparto de lujo, en el que constan nombres como el de Matt Damon o Edward Norton. En la acción, vemos cómo Damon da vida a Mike McDermott, un excelente jugador de póquer que reconecta con este pasatiempo después de un paro temporal. Lo hace para ayudar al otro protagonista de la obra, Lester Murphy, encarnado por Norton. El filme fue muy bien acogido por la crítica especializada gracias a sus dilemas morales y, en el momento de la redacción de este artículo, dispone de una puntuación de 7 sobre 10 en el portal FIlmAffinity.
Si seguimos aventurándonos en el mundo de los pasatiempos clásicos, otro de los juegos estrella es el ajedrez. No existe un consenso histórico sobre su invención, pero algunas referencias nos remontan hasta el lejano siglo III a. C. El ajedrez ha servido como inspiración para algunas obras modernas, como la reciente serie Gambito de Dama, estrenada en Netflix en 2020 y con Anya Taylor-Joy en el rol protagonista. Pero nosotros queremos ir un paso más allá y exponer un ejemplo mucho más mágico.
En 2001, Chris Columbus nos regaló la primera adaptación cinematográfica de la saga de libros Harry Potter. Las novelas, escritas por J.K. Rowling, se convirtieron rápidamente en un fenómeno universal. A pesar de sumar 22 años a sus espaldas, todavía hoy se pueden ver todo tipo de productos asociados a la franquicia en los escaparates de todo el mundo. De hecho, parece que el boom no encuentra su fin.
En la primera novela de la saga, vamos siguiendo los pasos de un joven que abandona su reiterativa -y aburrida- vida mundana en el momento en que descubre que dispone de poderes. Para aprender a gestionarlos, es aceptado en una escuela de magia y hechicería, conocida como Hogwarts, donde tiene lugar todo tipo de aventuras y misterios. En un momento de la narrativa, el protagonista, conocido como Harry Potter, y sus dos mejores amigos (Ron y Hermione) deben afrontar una partida de ajedrez mágico. Un juego que es prácticamente idéntico a su homologo real, con la llamativa excepción de que las fichas se mueven solas. En su práctica también arriesgan su integridad física, ya que deben ocupar las posiciones vacías del tablero. No os vamos a explicar cómo acaba, ya que esta escena se ha convertido por méritos propios en una de las mejores de toda la franquicia. ¡Jaque mate!
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