Casandra y Lautaro de Brandsen, cuentan su historia.

Amor no les falta. Al contrario. Pero ellos no hablan de parejas. Hablan de “vínculos”. Y tienen muchos y al mismo tiempo. Con sexo o sin sexo. Su filosofía es la del poliamor o la de las relaciones abiertas, una tendencia que cada vez tiene más practicantes y que viene a desafiar nada más y nada menos que a uno de los paradigmas más arraigados de nuestra cultura: la monogamia.

Deb, que nació como mujer pero se define como “agénero”, tiene 28 años. Ella se relaciona “sexo- afectivamente” con distintas personas, sin importar su sexo. Ahora, de alguna forma, comparte su amor por Gabriel, de 38, y con varios vínculos más, aunque no quiere decir cuántos. “El número no importa, porque lo sexual no es lo central para mí”, dice.

Y Gabriel, a su vez, también tiene una relación con Daniela, de 35, quien desde chica sintió la necesidad de tener más de una pareja en paralelo, sobre todo cuando descubrió su bisexualidad. Recién hace dos años se animó a ponerla en práctica.

La situación está tan naturalizada que Deb, Gabriel y Daniela hasta pueden ir al cine, a tomar un helado o compartir una fiesta los tres juntos. “Sexo entre los tres no tuvimos, pero tampoco lo descartamos”, aclaran.

Para Deb las relaciones sanas y libres -que promociona en su página de Facebook Deblog.al – tienen que cumplir determinados requisitos. “La honestidad, el respeto, la comunicación, el consenso, el consentimiento y no tener un sentido de propiedad de las personas son cosas que no pueden faltar”, explica.

No entienden la fidelidad como la necesidad de mantener una relación de amor con una sola persona. Pasa por no romper ese pacto que permite tener “historias” paralelas, pero con la única condición de “blanquearlas”.

“El tema es aprender a perder los celos. A mí, por ejemplo, si lo veo a Gaby con Daniela no me molesta en absoluto. Disfruto su felicidad”, sostiene Deb.

Casandra, de 24 años, y Lautaro, de 25, se conocieron en la escuela secundaria, en Brandsen. Durante años fueron amigos hasta que un día sintieron que querían algo más. Y se pusieron de novios.

Todo iba bien hasta que un día Lautaro quedó en estado de shock. Fue cuando Casandra le planteó que ella quería tener otras relaciones además de la que mantenía con él. Para Lautaro, que jamás había escuchado otra cosa que no fuera la monogamia, fue desconcertante. Tanto que estuvieron unas semanas distanciados.

Pero su amor por Casandra y ponerse a reflexionar sobre el tema lo hicieron cambiar su manera de ver las cosas. Y lo terminó aceptando. Ahora Casandra, además de la relación que mantiene con él, tiene otras tres: con dos mujeres y con un hombre.

“Que esté con otro hombre me cuesta todavía aceptarlo. Debe ser por el machismo que todavía tengo incorporado, porque que esté con otras chicas no me molesta. Con un hombre es difícil”, cuenta Lautaro.

De eso se trata el poliamor o las relaciones abiertas, sanas y libres, como las llaman. Después de todo, no existe ningún manual de cómo deben ser los vínculos amorosos. Lo que existen son personas. Y cada una escribe el suyo.

Fuente Telefé Noticias


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