En una nota anterior, publicada en Infobrandsen, expuse una reseña acerca de la segunda temporada de “el Juego de Calamar”, y en un sentido más amplio del género “Battle Royale” explotando un poco el furor causado por el estreno de la continuación de la saga mencionada.
Hoy quiero acercarle al espectador una obra literaria que lo obliga a tomar un rol más activo, la de lector, y desarrollar otro género de ficción que personalmente me atrae de sobremanera: las distopías. Como puntapié distópico tenemos hace un par de días el estreno del “Eternauta”, con el que considero yo “el mejor actor contemporáneo Argentino”, el Sr. Ricardo Darín. Tengo que resaltar que tanto esta adaptación audiovisual de la historieta de H. G. Oesterheld (militante desaparecido en la última dictadura militar, donde también desaparecieron a sus 4 hijas, dos de ellas embarazadas), como “El Juego del Calamar”, discuten y tensan el debate actual acerca de cómo la sociedad está tomando un giro drástico al individualismo y la apatía; o si por el contrario es necesario (y hasta moralmente ético), repensar nuestras prácticas cotidianas para brindar una salida resolutiva a los escollos sociales de forma colectiva y solidaria.

El género “distopía” de ciencia ficción se caracteriza esencialmente, ya sea, por algún suceso caótico que modificó las relaciones sociales de forma drástica, o simplemente de forma paulatina la sociedad evolucionó (o mejor dicho involucionó) con características negativas a un futuro no deseado, poco conveniente y/u hostil para sus habitantes y el medio ambiente. Los 3 clásicos literarios por excelencia son: “Farenheit 451” de Ray Bradbury, “Un mundo Feliz” de Aldous Huxley y “1984” de George Orwell. Las 3 tienen como característica fundamental una sociedad regimentada y burocratizada por un Estado totalitario que limita, castiga, persigue o simplemente fomenta otras actividades más placenteras que la lectura; el ideario de control y sometimiento se basa en el cercenamiento del lenguaje como productora y/o reproductora de conocimiento. Las 3 obras tienen su adaptación audiovisual. Representando al Séptimo Arte podemos encontrar la saga de “Mad Max”, cuyo protagonista de las primeras entregas es Mel Gibson, Actor y Director, hoy es bajo la presidencia de Trump: “Enviado Presidencial Especial en Hollywood”, una cartera del Estado de EE.UU. creada recientemente en enero de este año. Kevin Costner protagonizó “Waterworld”, que personalmente es Mad Max pero en el agua. Una serie para mencionar es “El cuento de la Criada”, basada en el libro de Margaret Atwood, a principios de abril se estrenó la última temporada.

Sin más, luego de esta introducción, les cuento un poco acerca de “Cadáver exquisito” de Agustina Bazterrica, autora Argentina nacida en 1974, Licenciada en Artes de la UBA, gestora cultural y jurado de concursos literarios. Con esta obra publicada en 2017, Bazterrica se consagró como Best Seller, aclamada por los principales medios internacionales; “Cadáver exquisito” fue traducida a 31 idiomas. La novela cuenta la historia de Marcos Tejo, un oscuro burócrata del frigorífico Krieg, en un mundo distópico que tiene una particularidad: a partir de un virus letal en los animales, tanto mascotas como las fieras son sacrificadas y su carne no se puede consumir; de este modo el Gobierno autorizó la cría, reproducción, faena y consumo de carne humana. La historia de Marcos da un giro cuando le regalan una mujer criada para el consumo, aquí el protagonista va a liberar sus más oscuras tentaciones transgrediendo las normas de lo legal.

La historia es atrapante, todo sumergido en un mundo oscuro donde el baño de sangre predomina. Los detalles de los distintos rubros de la industria cárnica son escalofriantes (criadero, carnicerías, frigoríficos, curtiembres), la autora juega mucho con el lenguaje, no se dice “matar humanos” (eso iría contra la ley), sino “faena de cabezas”. Mientras se avanza en la lectura uno pierde por momentos que se está procesando una persona como alimento, lo deshumanizan totalmente, al punto que la lengua de “las cabezas” son cortadas para que no puedan hablar, comunicarse ni tomar conciencia de que están sumergidas en una cadena de producción, la alienación es total, más profunda que la de los obreros del frigorífico. El mundo se divide entre los que comen y son comidos. Uno va tomando cierta empatía con el protagonista: el dolor de una perdida, la senilidad de su padre del cuál se encarga él mismo, y que lo obliga a resignarse al trabajo que realiza para pagar el mejor hogar de ancianos y así no se devoren a su progenitor. El final va a dejar a más de uno con la boca abierta…
Como mencioné, el libro fue publicado en 2017, dos años antes de la pandemia del coronavirus, de forma premonitoria Agustina Bazterrica ya puntualizaba desde la ficción las desgracias futuras en torno a un virus que sacudiría al mundo entero. Lo invito a dejar de lado el celular y disfrutar de esta obra maestra ganadora del Premio Clarín Alfaguara de Novela en 2017.
Ulises Quimey Gallinares Brown
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